Crítica de ‘Blancanieves’ – Rachel Zegler brilla en la insípida adaptación en live-action de Disney. 🍎🔥
👸🚫 Blancanieves (2025), el nuevo remake en live-action del primer largometraje animado de Disney, ha generado controversia desde su anuncio. Han pasado más de diez años desde el fracaso en taquilla de Tomorrowland (2015), la ambiciosa pero caótica película de Brad Bird. Desde entonces, Walt Disney Pictures abandonó el riesgo de producir blockbusters originales y se dedicó en exclusiva a adaptar su prestigioso catálogo animado a costosas versiones en live-action. Esta estrategia, en general, ha sido muy lucrativa: Alicia en el País de las Maravillas (2010), La Bella y la Bestia (2017), Aladdín (2019) y El Rey León (2019) superaron los mil millones de dólares en taquilla mundial.
Algunos fracasos como Mulán (2020) y Dumbo (2019), estrenos directos a streaming como Pinocho (2022) o La Dama y el Vagabundo (2019), y el bajo rendimiento de La Sirenita (2023) podrían indicar cierto desgaste del público. Sin embargo, aún no está claro si los espectadores están cansados de ver las mismas historias rehechas. En internet, el enojo hacia estos remakes es palpable. Aunque hay críticas válidas hacia la falta de creatividad de Disney, también existe un preocupante backlash de racistas y trolls contra la diversificación de sus repartos.
El ciclo se repite: un joven actor de color es elegido para un proyecto de Disney (una oportunidad única) y luego es víctima de oleadas de racismo y acoso en línea. Mientras tanto, los ejecutivos de Disney hacen poco o nada por miedo a alienar a audiencias conservadoras. John Boyega, Kelly Marie Tran, Moses Ingram, Halle Bailey y, más recientemente, Amandla Stenberg son solo algunos de los nombres abandonados por Disney. Sería irresponsable reseñar Blancanieves sin mencionar cómo la compañía ha fallado repetidamente a Rachel Zegler y a sus colegas, especialmente porque, a pesar de lo monótona que resulta la película, ella logra destacar con una actuación poderosa.
Dirigida por Marc Webb (conocido por 500 Días con Ella y The Amazing Spider-Man), Blancanieves (2025) es, como era de esperar, una reinvención moderna del clásico de 1937. El guion de Erin Cressida Wilson expande la historia de manera predecible: la princesa Blancanieves (Rachel Zegler), exiliada de su reino por su malvada madrastra (Gal Gadot), encuentra refugio con los siete enanitos del bosque encantado. Inspirada por un grupo rebelde liderado por Jonathan (Andrew Burnap), decide luchar para liberar a su pueblo.
Aunque el filme original fue revolucionario, su trama y personajes eran simples. Había potencial para desarrollar a Blancanieves como una heroína más activa, y esta versión lo intenta, pero sin éxito. La idea de convertirla en una «heroína rebelde» suena bien en papel, pero la película no profundiza en su evolución ni explora su drama personal; simplemente espera que el público conecte los puntos. Aun así, Rachel Zegler (West Side Story, Los Juegos del Hambre) aporta una energía innegable. Su carisma y presencia hacen que Blancanieves destaque, incluso cuando el guion no la respalda. Su interpretación vocal también eleva las canciones, a pesar de letras poco inspiradas.
Lo mismo no puede decirse de Gal Gadot (Wonder Woman, Red Notice), quien ofrece quizá su peor actuación. Está mal elegida como la Reina Malvada: no logra transmitir ni la glamurosidad ni la maldad icónica del personaje. Su canción villana, All is Fair, es entretenida, pero exige una vocalista más talentosa. Gadot lucha contra un guion mediocre, pero termina ahogándose bajo el peso de la producción.
Visualmente, Blancanieves es un desastre. El diseño de vestuario y los efectos digitales lucen baratos para un blockbuster. Los enanitos, creados con CGI, tienen rasgos exagerados que resultan perturbadores, una decisión cuestionable que podría haber sido evitada contratando actores con enanismo. Una vez más, Disney falla en capturar la magia (o el misterio, en este caso) del material original.
No todo es malo: el número musical Silbando al Trabajar y el dúo de Zegler con Andrew Burnap en Princess Problems son momentos destacables. Sin embargo, como reinvención del primer filme de princesas de Disney, Blancanieves decepciona. La falta de confianza de Disney en el proyecto es evidente: ni siquiera invitó a la prensa al estreno, quizá para evitar preguntas incómodas sobre las posturas políticas de Gadot o para silenciar a Zegler.
En definitiva, sin Rachel Zegler, Blancanieves no tendría mucho que ofrecer. Es una película torpe, mal concebida y cínica, salvada solo por su actuación. Es una pena que se haya convertido en el centro de una guerra cultural en internet, pero es posible defender a los involucrados mientras se critica la falta de alma en la producción en serie de Disney. Zegler ha tenido una racha de proyectos complicados, pero ha demostrado ser un talento excepcional. Con Blancanieves, logra elevar un material cansado y convertirlo en un escaparate de su potencial como estrella.
Deja una respuesta